15. Portbou. Contrabandos en la Frontera

!Ya huele a Francia!. Tras haber dormido en un pueblo (aldea) de rincones muy bonitos, Vilafreser, donde dos vecinos muy agradables me dijeron donde dormir además de ofrecerme varios raims (racimos) de sus viñas. Con el visto bueno de sus propietarios, monté mi campamento y tendí la ropa que había lavado anteriormente en Girona.

Tras recoger el tenderete montado, La tienda, el saco y la ropa aun estaban un poco mojadas del agua de rocío. He comenzado a pedalear a las 8.45 y tras algún momento de tensión en la NII (nacional II) cuando el arcén se estrechaba peligrosamente y pasaban camiones que me empujaban el aire... he dudado de mi estabilidad. Pero grano a gano se hace granero, y un kilómetro tras otro he ido pasando lo que hace unos días veía por Google Earth. Figueres se quedaba a mi izquierda, y los pirineos flanqueaban el norte.

El viento de Tramontana me ha respetado bastante, aunque estaba presente. A la derecha se veía el macizo donde se encuentra Roses y el Cap de Creus. Yo he ido por el pla de L'empordà disfrutando al máximo de la pendiente y de la disminución del dolor de la rodilla.

En poco tiempo, y sin agua desde que he salido desde Vilafreser, he llegado a Llançà, donde la carretera ha comenzado a subir y bajar a niveles impensables (para mi) así que las subidas las hacía andando y las bajadas montado. El colmo de los colmos, es cuando llegado a Colera (el pueblo anterior a Portbou) la rueda delantera ha pinchado. Así que he usado mi estrategia... comprobar cuanto tarda mi bici en deshincharse, y este tiempo lo usaba para bajar las cuestas. Así, hinchando una y otra vez he llegado victorioso a Portbou, donde mi "primo" (así nos hacemos llamar) Ángel Rico me ha dado la bienvenida y una comida copiosa, muy copiosa. Ahora me arrepiento de haber comido tanto. Esta noche fruta... mientras pienso que mañana ya no contaré con cobertura móvil ni Internet. Comienza el viaje: ¡crucemos los Pirineos!